El presupuesto es uno de los acuerdos más importantes en política. No se trata solo del plan económico y financiero del grupo de gobierno para el año natural, que es el ejercicio económico; también es una estrategia para el desarrollo de las políticas que se pretenden llevar a cabo a corto, medio y largo plazo.
En el caso del Cabildo de La Gomera, el presupuesto propuesto por Curbelo y ASG para el año 2022 vuelve a cometer los mismos errores de siempre. Un conservador como Curbelo, por mucho que se disfrace de socialista, no deja lugar a dudas: es persistente con los fracasos.
Y hay que hablar de fracasos, con esta crudeza, porque las cifras son trágicas. El último informe de OBECAN (Observatorio Canario de Empleo) revela que, en noviembre de este año, el paro registrado en nuestra isla ascendió a 1.461 personas. La serie histórica revela además que esta cifra solo desciende -y nunca por debajo de los mil- en meses preelectorales; con la evidencia de que solo se piensa en los desempleados como clientela electoral.
Esta no es la única cifra alarmante de nuestra realidad social. La Red Europea contra la pobreza y la exclusión social ya alertó en octubre de este mismo año que en el primer año de pandemia, en 2020, la cifra de personas en riesgo de pobreza o exclusión social en Canarias subió un 4%, unas 37.900 más que en 2019. Según este estudio, en nuestro archipiélago hay 810.900 personas bajo esta amenaza, un 36,3% de la población. ¿Y en nuestra isla? Bueno, es difícil de conocer el dato concreto porque, vaya usted a saber la razón, el último indicador sobre este asunto del ISTAC (Instituto Canario de Estadística) es de hace tres años. Pero tal y como recordó el Centro de Estudios e Investigaciones Oroja (CEIO), en 2018 nuestra isla arrojaba los peores datos de toda Canarias.
Llegamos así y hasta aquí después de 30 años -ni más ni menos- de Casimiro Curbelo Curbelo al frente de la presidencia del Cabildo Insular de La Gomera; con sus treinta respectivos presupuestos y sus treinta respectivos años de políticas limosneras, precarias y clientelares. Uno podría pensar que la experiencia permite revisar errores y no reincidir en ellos, pero la realidad es que este escenario no parece tanto un error sino como una voluntad premeditada de control social a través de la pobreza.
En esta situación, el proyecto de ASG de presupuestos del Cabildo de La Gomera para el año 2022 recorta en casi 1,5 millones de euros los recursos destinados para el fomento del empleo con respecto a 2021. Mientras se da la espalda al problema económico y social del desempleo, se convierte a los órganos de gobierno del Cabildo en una agencia de colocación y enchufismo incrementando 281.494,47 su presupuesto, una subida del 27,81%, que supondrá a los bolsillos de las gomeras y los gomeros un coste total de 1,3 millones de euros para el próximo año. ¿Y a qué irá este dinero? Pues principalmente a mantener los 9 consejeros liberados del grupo de gobierno, el nuevo director insular de coordinación y apoyo al presidente, los 5 secretarios particulares, el asesor jurídico, la asesora de asuntos económicos, el jefe de gabinete y el periodista, todos ellos por supuesto nombrados a dedo por Curbelo. Como por lo visto parece poco para la ambición de algunos, ASG ha aprobado -con su rodillo de mayoría absoluta en solitario- una enmienda para contratar otros tres directores insulares que aumenten el coste en 169.845 euros más.
Además, a pesar de la subida previsible de ingresos procedentes del bloque de financiación canario, el peso proporcional de áreas de gobierno como Medio Ambiente, Transportes o Agricultura, Ganadería y Pesca caerán con respecto al ejercicio 2021. El sector primario pasará de representar un 4% del total del presupuesto a poco más de un 3%, acompasando la desaparición de empresas agrícolas, ganaderas y pesqueras de nuestra isla año tras año. La apuesta por la movilidad sostenible de nuestra isla se verá tan recompensada por ASG que los recursos que se destinan de todo el presupuesto pasarán de significar un 5,11% en 2021 a un 4,41% en 2022, mientras tanto seguiremos quejándonos de por qué no tenemos un mejor servicio regular de guaguas. Y en el caso de Medio Ambiente… los recursos pasan de representar un 14,21% del total del presupuesto en 2021 a un 12,22% para el 2022, un recorte de dos puntos porcentuales.
Pero qué más da, si al final, este presupuesto para 2022 se verá alterado por las modificaciones presupuestarias que acuerde en solitario Curbelo y su ASG. Por no hablar de la mala gestión que provoca, por ejemplo, que en el presente ejercicio 2021, a 11 de noviembre, no se hubiera ejecutado ni la mitad del dinero presupuestado, solo un 45%. Es decir, que en las cuentas del Cabildo se han quedado por el camino tantas políticas como promesas hechas a la ciudadanía: más de 40 millones de euros que no han ido este año a resolver nuestra pobreza y desempleo.
¿Y qué hemos hecho nosotros para evitar esto? Nos han puesto las cosas difíciles porque desde 2015, con Rubén Martínez de consejero, venimos pidiendo un proceso participativo de elaboración del presupuesto. No solo con los grupos políticos de la oposición sino también con los agentes sociales y económicos. El rodillo de ASG no lo ha permitido, ni siquiera lo ha pretendido. Este año además ha vulnerado directamente mis derechos fundamentales como representante, impidiéndome presentar enmiendas al mismo.
Sin embargo en un espíritu constructivo, hasta con quien solo sabe destruir, hemos presentado un voto particular explicando todos estos aspectos y solicitando al grupo de gobierno que no aprobara el presupuesto para poder mejorarlo. ASG ha votado en contra de todo: de nuestro voto particular y de las enmiendas presentadas únicamente por Coalición Canaria. Incluso después de que el año pasado Iniciativa por La Gomera (IxLG) se abstuviera en la votación del presupuesto por la circunstancia excepcional de la pandemia. Un presupuesto que además sabemos que también la ciudadanía impugnará en el trámite de información pública con varias alegaciones ante tantas falsas promesas que no se recogen en las cuentas del próximo año.
¿Y ahora quién se opone a todo?