Que no se quede nadie sin aprender

Dos acontecimientos históricos lejanos entre sí y aparentemente disociados se han celebrado en La Gomera con 21 días de diferencia. El pasado 30 de octubre conmemoramos en Vallehermoso el natalicio del comandante Guillermo Ascanio y el 20 de noviembre hemos querido recordar y homenajear a todo el pueblo gomero que, a través de uno de sus hijos, escribió una de las páginas más heroicas de la historia de Canarias.

Dos acontecimientos históricos lejanos entre sí y aparentemente disociados se han celebrado en La Gomera con 21 días de diferencia. El pasado 30 de octubre conmemoramos en Vallehermoso el natalicio del comandante Guillermo Ascanio y el 20 de noviembre hemos querido recordar y homenajear a todo el pueblo gomero que, a través de uno de sus hijos, escribió una de las páginas más heroicas de la historia de Canarias.


Ese hijo fue Hautacuperche, una de las figuras históricas de La Gomera. Y esa página fue el episodio conocido como La Rebelión de los Gomeros, una épica rebelión de un pueblo pacífico que con su propia cultura se rebeló contra todo un imperio colonial que venía de 800 años de guerras contra los musulmanes. Y el otro hijo de esta isla fue Guillermo Ascanio, el líder marxista de la clase trabajadora que supo fundirse con los más pobres y elevar su conciencia política con la que las mujeres y los hombres de Vallehermoso resistieron el golpe militar fascista de 1936 en el acontecimiento histórico de El Fogueo en Vallehermoso.


Entre ambos episodios mediaron 488 años y múltiples acontecimientos dentro del universo feudal castellano pero con una conexión ininterrumpida a través de los tiempos. La pervivencia del anhelo por la emancipación y una tradición rebelde que aún permanece viva frente a las injusticias del colonialismo y del caciquismo.

Este acto que persigue revalorizar y conservar un episodio fundamental para nuestro pueblo viene celebrándose desde el año 1984 y ha tenido al Centro Amílcar Cabral y a Francisco Javier González Pérez como impulsores del mismo desde entonces. En años posteriores ha sido la Asociación Tagaragunche, y concretamente este año también con el apoyo de la Jurria Tamonerque, quien ha recogido el testigo de mantener vivo el espíritu y enriquecerlo con actos diversos como el de la ruta montañera con reminiscencias históricas precoloniales. En definitiva, han mantenido en alto la bandera patriótica de esta celebración frente a la adhesión al credo colonial por parte de la reaccionaria clase dominante que gobierna la isla.


Aún era yo un joven estudiante en el Instituto Cabrera Pinto cuando tuve mi primer contacto personal con Francisco Javier. Era mi profesor de la materia de Química. En ese momento desconocía su labor política y su defensa cultural de todo el legado de nuestros antepasados guanches de toda Canarias. Empleamos aquí el término guanche generalizado para el conjunto del archipiélago. De esa etapa traigo conmigo el agradecimiento por su labor como buen profesor y su ejemplo como buena persona. En realidad, con su apoyo como docente y con su ejemplo personal contribuyó decisivamente en la continuación de mis estudios en una época francamente difícil para mí. No recuerdo exactamente qué edad tenía cuando cayó en mis manos el célebre libro impulsado por su persona, La Rebelión de los Gomeros. Lo que si sé a ciencia cierta es que despertó en mí un interés y un respeto por nuestros antepasados que se ha ido acrecentando con el tiempo. La convicción profunda y la conciencia de la importancia de las raíces históricas en el significado de los acontecimientos. El conocimiento de uno de los episodios más épicos de nuestra historia insular que ha pervivido durante siglos en el silencio profundo de estos barrancos, con la bruma y con la cultura como armadura protectora perviviendo al aplastamiento feudal, a la opresión de los caciques y a la desmemoria.


Por tanto, nos encontramos con todo un acto de empoderamiento colectivo en el que la cultura y la resistencia van conciliadas de la mano. Somos, además, herederos de la buena costumbre del recuerdo y el respeto a nuestros mayores. No tendría sentido para la memoria de nuestro pueblo que recordáramos a nuestros padres y olvidáramos a nuestros abuelos. Esa idea es la que nos ha empujado a acudir caminando hasta Guahedum para recordar nuestra historia y a los irredentos guanches gomeros, unos combatientes de aquí te espero. Nosotros decimos que nuestra lucha comienza tal día como hoy y que se prolonga a través de los tiempos. Y que ésta se aprende también viviéndola.


Desde el CEIO estamos empeñados en inculcarles a nuestros jóvenes gomeros que es un deber sagrado preservar nuestra cultura como recurso principal para rebelarnos contra aquellos que nos hacen vivir contrariando nuestro propio presente y hacen de nuestro pasado un despojo. A los jóvenes que son el presente y el futuro, que son como el sol a las 8 de la mañana les expresamos lo siguiente:


“Hautacuperche y Guillermo Ascanio han entrado por la puerta ancha de la Historia. Y nos preguntamos si dentro de 500 años alguien recordará a algún cacique actual. Nadie, a excepción de aquellos que se identifican ideológicamente con el uso del poder y con la más reaccionaria y corrupta de las ideologías que es el imperialismo”.


Cuando el pueblo gomero tome definitiva y democráticamente el poder entre las múltiples acciones a realizar habrá dos fundamentales: localizar y repatriar los restos mortales de Guillermo Ascanio para darle sepultura en su tierra donde puedan las próximas generaciones rendirle merecido tributo. Y la otra dignificar el espacio histórico de Guahedum y elevar una estatua de Hautacuperche en honor a uno de los nuestros. Ese día acudirán a la degollada de Peraza mujeres y hombres de todos los riscos y lomadas de La Gomera.

Autor

  • Rayco Rodríguez Trujillo

    Historiador por la Universidad de La Laguna (ULL). Está vinculado desde su época de estudiante al Grupo de Investigación sobre el Subdesarrollo y el Atraso Social (GISAS) y es miembro del Centro de Estudios e Investigaciones Oroja (CEIO). Su trayectoria profesional ha estado vinculada con la docencia, la archivística y la investigación histórica desde el planteamiento del materialismo histórico.